COMPAÑERISMO
Ser
buen compañero significa ser digno de ser amado, ser cariñoso,
afectuoso, gentil, cortés, agradable, servicial, afable, incluso
gracioso y risueño. Cualidades todas ellas que deben ser formadas en
los niños desde la más temprana edad.
Ser
buen compañero también es ser atento, brindar atención y
respeto sobre todo a los menos aptos, desvalidos, y necesitados.
El
compañerismo no
nace con el niño, éste es impulsivo por naturaleza, y a ser buen
compañero y cortés se aprende en las más diversas actividades de
la vida cotidiana. Los niños asimilan las normas de comportamiento
social en la medida que los adultos los entrenan y enseñan a
comportarse de acuerdo con esas normas.
El
compañerismo implica a su vez la igualdad, el tratamiento por igual
a niños y niñas, y la delicada cortesía de unos a otros, por lo
que han de aprender a ser corteses con todos los compañeros
y compañeras, y ayudarles en todo momento.
Para aprender a ser buen compañero:
-El
juego de roles, en el que es posible modelar las más
diversas situaciones en las que esté implícito el ser buen
compañero y cortés, es una de las vías más importantes para que
los niños interioricen este valor.
-No
hay nada más efectivo que el ejemplo del adulto para
enseñar las normas del compañerismo; por eso los padres deben ser
modelos a imitar de estas cualidades.
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